La noche empezó bastante rara, problemas entre la barra de Tigre y los efectivos policiales hicieron desviar la atención de todos los presentes. Con respecto al partido, Tigre trató de imponerse pero rápido fue el rival para bloquearle los caminos. La presión de la figura del partido, Leonardo Ponzio, sobre la salida de Tigre hizo efecto y el pase a “Keko” Villalva para definir cruzado ante la débil resistencia de Javier García. A los 15´, nuevamente recupero la pelota la visita y tras un centro perfecto de Rogelio Funes Mori llego el cabezazo de Sánchez para estirar la ventaja. Tigre tuvo una reacción esporádica y logró llegar al descuento por parte de Orban. Pero los problemas para crear juego por parte de Matías Pérez García en la conducción y los medio campistas tigrenses no le llevaron mayor riesgo al arco riverplatense.
El baldazo de agua fría llegó antes del minuto del complemento, River amplió el marcador por intermedio de Lanzini (lo más preocupante de la jugada fueron los errores defensivos de Tigre). El entrenador local, Rodolfo Arruabarrena, tuvo que apelar a las variantes para ver si reaccionaba el equipo, justamente de uno de los ingresados – Diego Ftacla – llegó el gol del descuento. River pudo liquidarlo por intermedio de Carlos Luna, ídolo tigrense que emigró a Nuñez, pero el remate se estrelló en el travesaño. Si bien los meritos tienen que ver con el juego, Tigre fue despojado por el árbitro Saúl Laverni de un penal del que fue victima Martín Galmarini, que el juez y el asistente Julio Fernández omitieron de forma categórica.
Llegó el final del partido, envuelto de diferentes sensaciones amargas por la producción del matador y de incertidumbre por los incidentes fuera del estadio.
La próxima fecha, Tigre tendrá que buscar la recuperación cuando visite a All Boys en Floresta. Por ahora en tres presentaciones Tigre no conoció otro resultado que la derrota y sin dudas que la reacción debe ser lo antes posible para no acostumbrarse a perder.
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