Una derrota más


En un encuentro sin brillo, Tigre sumó una nueva frustración al caer por 1 a 0 ante Racing, en el Cilindro de Avellaneda.
En una expresión sintetizó Diego Cagna el duro momento que vive Tigre, tras la derrota por 1 a 0 ante Racing, en la noche de Avellaneda. “Queremos que se termine esto, porque parece que no hay forma”. Un deseo, casi un ruego del entrenador. Con muy poco le alcanzó al cuadro de Claudio Vivas para llevarse los tres puntos, en un partido al que el resultado que mejor le cabía era el empate.
Fue chato, en cuanto al juego, el desarrollo del encuentro. Tuvo dos chances claras el Matador para ponerse en ventaja en el comienzo, pero De Olivera lo impidió. A los 2 minutos, el arquero le tapó un mano a mano a Guillermo Suárez y a los 6 controló un zurdazo de Ramiro Leone.
Se mostraba mejor en el inicio el conjunto de Cagna, basado en el orden y la prolijidad. A Racing se lo veía desconcentrado. Tuvo su mejor posibilidad el local con un tiro de Lugüercio, que Islas sacó con el rostro, y tras el rebote Mercado remató muy desviado.
Poco a poco Racing empezó a manejar la pelota, pero no lograba inquietar. Carecía de profundidad, ante un Tigre que lucía cómodo en su postura. Metido en el partido, con la firmeza de Diego Castaño en el medio, el visitante parecía tener controlado a un rival sin ideas. Y aunque tampoco lograba generar situaciones en ataque desde el juego asociado, por la ausencia de un conductor natural (por momentos el mediocampista más adelantado era Damián Leyes), se las rebuscó para arrimar peligro desde alguna pelota detenida. Tras un tiro libre de Maximiliano Oliva, Julio Manzur pegó una pelota en el palo y luego del rebote, Leone remató desviado.
El segundo tiempo fue desprolijo. Dentro de esa circunstancia, Racing fue mejor. Porque creció la figura de Sebastián Grazzini (intrascendente durante la primera mitad) y por medio de él empezó a arrimar peligro la Academia. A los 18 avisó con un cabezazo que Islas sacó al corner y a los 24 marcó el gol del triunfo, con un potente remate. Rubén Ramírez, quien segundos antes había dado un cabezazo en el travesaño, le bajó la pelota y se la dejó en el borde del área, para que Grazzini sacara un fuerte zurdazo que se incrustó en el ángulo derecho.
Sin la convicción que había mostrado en la primera parte, Tigre pareció resignado tras el impacto. En un acto casi instintivo, Cagna envió a la cancha a Néstor Ayala y Gregorio Abregú, pero poco pudieron aportar. Sólo una aproximación, en un intento desesperado, cuando el partido se moría. Tras un centro de Mariano Pasini, Ayala le bajó la pelota a Abregú, quien remató incomodo y muy desviado. Antes, Racing pudo haber ampliado el marcador con una situación clara de Lugüercio, pero Islas lo evitó al taparle el tiro con el pie.
A dos fechas del final, Tigre sigue último con sólo 8 puntos. Suma 13 derrotas en el torneo y cosechó su octava caída consecutiva como visitante.
Por Claudio Javier González

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