Tigre perdió otra vez

El Matador volvió a jugar mal, cayó por 2 a 1 ante Arsenal en Victoria y sumó su tercera derrota consecutiva.
Matías Giménez abrió el marcador, pero el visitante lo dio vuelta con goles de Cristian Álvarez y Franco Jara. Con la voluntad de los delanteros no alcanza, si la pelota no les llega limpia. Y esos escasos destellos que Martín Morel mostró en la segunda mitad resultan insuficientes, cuando la falta de fútbol es tan notoria.
El juego colectivo no aparece y las imprecisiones continúan. Y si a ello se le suman los habituales errores defensivos, un problema que persiste partido tras partido, no sorprende que Tigre haya cosechado su tercera derrota consecutiva, en las cuatro fechas que se llevan jugadas de este Apertura. Con muy poco le bastó a Arsenal para imponerse por 2 a 1 y llevarse los tres puntos de Victoria.
El presente del Matador preocupa. Más aún si se tiene en cuenta que la recuperación debe ser inmediata. Es que el martes deberá enfrentar a San Lorenzo en el Bajo Flores, donde se jugará el pasaporte a la segunda ronda de la Copa Sudamericana. Encima la suerte no acompaña. A pocos minutos de comenzar el encuentro, se retiró lesionado el debutante Juan Pablo Garat (desgarro en el isquiotibial de la pierna derecha) y sobre el final del primer tiempo se iría reemplazado Matías Giménez (fuerte molestia en el aductor de la pierna derecha), quien también podría perderse el venidero compromiso por el torneo internacional.
Poco había pasado en el juego, cuando Tigre halló la ventaja a los 15 minutos, por medio de Giménez. El misionero de Apóstoles escapó por izquierda, intentó mandar un centro, y ese envío que buscaba la cabeza de Lázzaro encontró el arco, luego de desviarse en un defensor de Arsenal. Pero una vez más, el equipo de Cagna no supo aguantar el resultado. Tres minutos más tarde, Cristian Álvarez puso la igualdad con un tiro libre ejecutado de manera impecable, tras una infracción cometida cerca del área por Guillermo Suárez.
Luego del empate de Arsenal, Tigre pareció acusar el golpe. Y el visitante empezó a hacerse dueño del juego. Sin demasiado. Con la presencia de sus mediocampistas y con un Franco Jara que se las arregló para complicar a toda la defensa del Matador. Y fue justamente Jara quien a los 32 le dio la ventaja a los de Burruchaga.
Un pase desde 60 metros, Manzur dudó, la pelota lo sobró y el delantero definió con el arco vacío, luego de eludir a Ardente. Tigre no pudo hacerse del balón en todo el primer tiempo, la última línea se mostró muy endeble y esa ventaja con que el equipo de Sarandí se retiró al descanso fue merecida.
En la segunda parte el cuadro de Cagna tuvo más la pelota, pero nunca logró inquietar a su adversario. El sacrificio de Lázzaro, la movilidad de Suárez y la vergüenza de Maxi Oliva, quien intentaba empujar al equipo con más ganas que fútbol, resultaban insuficientes. Aparecieron algunas pinceladas de Morel, pero en cuentagotas. No bastaron siquiera para encender la ilusión de los hinchas de Tigre. Y se fue reemplazado, el enganche rosarino. Y se oyeron silbidos…
Tigre tuvo otra mala noche y sumó una nueva derrota. El fútbol no aparece y los errores persisten. La situación preocupa y los hinchas comienzan a impacientarse. El martes ante San Lorenzo, Cagna y sus muchachos tendrán la posibilidad de buscar revancha. El encuentro copero será fundamental pensando en el futuro.

Informe: Claudio Javier Gonzalez - www.tigrevision.com.ar

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