Acción Comunal, el gran perdedor del 28

El análisis sobre cómo votó la gente en cada localidad suele producir análisis que, posteriormente, se tienen en cuenta para el juego político interno de los partidos o sectores que participan de ellos.
Muchos especulan con tal o cual resultado para luego pasar facturas o reclamar coronas de laureles pero los análisis, en ocasiones, deben ser más complejos que simplemente observar fríos números.
En esta elección atípica que se produjo a nivel local debe destacarse, en primer lugar, que las diferencias importantes entre los porcentajes en cada localidad se deben más a las falencias de los opositores que al mérito propio de cada terruño.
La campaña oficialista estuvo centrada claramente en la “despartidización” (los carteles eran “Tigre Vive, Tigre Sigue”) y la personalización (MASSA) que se multiplicó en afiches, pasacalles y sólo la folletería otorgó espacio a dar a conocer los candidatos a Concejales y Consejeros Escolares.
La intención de aprovechar al máximo el alto conocimiento y aceptación de Sergio Massa se hizo evidente y también, debe decirse, rindió claramente sus frutos.
Esta claro igualmente que, más allá de quienes eran candidatos y el protagonismo principal de Malena Massa, la campaña para todos los demás pasó por el cotidiano ejercicio de la función pública apuntalada con reuniones vecinales multiplicadas por cientos pero, al fin y al cabo, estuvo toda la gestión ocupada en eso “gestionar”, tal como lo dijo Sergio Massa: la mejor campaña fue la gestión cotidiana. Podría decirse que la campaña oficialista fue Massa + Gestión. Y no caben dudas que rindió sus frutos.
Por su parte la principal fuerza opositora hasta ahora, Acción Comunal, comenzó mal el proceso electoral al realizar una alianza inconsulta -sólo decidida por unos pocos- que finalmente habrá que evaluar pero pareciera que produjo más pérdidas que ganancias.
Al mirar los resultados por localidades se aprecia claramente que Benavídez y Dique Luján fueron lugares donde el vecinalismo ubietista cayó a niveles insólitos para su historia pero el hecho no es casual, ya cuando presentaron la lista citamos en este espacio que le iba a resultar perjudicial que, ni entre los titulares (12 concejales más 4 consejeros escolares) ni entre los suplentes (8 más 4) tenían a nadie, pero absolutamente nadie de Benavídez ni Dique Luján. Pues así les fue, poco fue el trabajo militante que pudieron hacer en esas localidades y no sólo AC-ACS tuvo pésimos resultados sino que, por muy poco, Unión-Pro no los superó en Benavídez.
El poco despliegue de Acción Comunal en la calle, la nula militancia del Acuerdo Cívico y Social caminando la calle en todo Tigre y el hecho de que se repartieran boletas de Unión-Pro con la de AC pero no del ACS, también contribuyeron a tan paupérrima elección de acuerdo a las expectativas previas que tenían.
Por su parte distinto fue el accionar de Unión-Pro que encontró a un andar que, desde el llano, venía preparando el terreno para una buena campaña, especialmente por parte del Pro bajo la conducción de Arnedo y, la generosidad demostrada por él de no atornillarse al primer lugar en la lista, demostró que rindió sus frutos al cederlo a De la Vega. El fundador de AC sin dudas sumó no sólo seguidores sino también la experiencia adquirida oportunamente como funcionario y también como candidato.
El resultado de Unión-Pro superó muchas expectativas y, así como AC-ACS quizás perdieron un concejal que hubieran logrado si no hubieran abandonado Benavídez y Dique Luján, los de Unión-Pro consolidaron plenamente los dos ediles logrados en la suma y potenciación de los diferentes sectores que lo integraron.
Las caminatas y actos realizados, las volanteadas y reuniones con vecinos de De la Vega, Arnedo y cía, sin dudas fue la mejor campaña que pudieron hacer, obviamente apuntalados por los millones y millones invertidos por quien encabezó la lista de Diputados Nacionales, Francisco de Narváez.
Si hay un sector crudamente derrotado en Tigre en estas elecciones ese sector fue lo que queda de Acción Comunal mientras que todos los demás pueden exhibir orgullosos sus resultados. Hasta el socio de AC y ahora nuevamente Concejal Luis Cancelo puede sentirse feliz, ha logrado por tercera vez una banca para el Concejo Deliberante y no se puede negar, mirando los números finales, que sin la alianza realizada le hubiera sido difícil lograrla. Hasta él puede sentirse triunfador en alguna medida.
Acción Comunal demostró en esta elección que como proyecto de poder ha disminuido casi fatalmente, deberían pasar cosas muy raras para que logre recomponerse, se encamina a ser una expresión vecinalista que oportunamente acordará con un sector u otro pero se podría afirmar que ya no será lo mismo.

Como ya afirmara hace más de dos años, afirmación que a muchos les dolió y me criticaron pero que, al paso del tiempo no pueden más que asumir porque la realidad lo ha demostrado: Acción Comunal sin Ubieto ya no es lo mismo.
El vecinalismo que gobernó Tigre dos décadas no ha sabido valorizar su gestión, rescatar sus mejores atributos y tampoco cumplieron sus dirigentes la promesa de "abrir el partido", más lo cerraron en unos pocos y así se fue achicando y achicando como para, en menos de dos años, reducir su representación a casi un tercio de lo que tenían. Sin dudas, Acción Comunal está herido y desangrando, no diría de muerte pero claramente con secuelas irreversibles.

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