Más de lo mismo


El arranque del clausura no pudo ser más desilusionante. No solo perdió el clásico ante Chacarita sino que no mostró atisbo de cambio y volvió a jugar tan mal como en el apertura de Diego Cagna. Ni el regreso de Ricardo Caruso Lombardi pudo ser el detonante del cambio. Fue 2 a 0 con goles de Mariano Echeverría. ¿Los refuerzos...? Salvo algo de Ribair Rodríguez... muy flojitos.

Que semestre nos espera. Sí se juega así y Caruso no puede revertirlo, nos espera un semestre de sufrimientos y con la soga al cuello.
Siempre hay que ser optimistas y pensar en positivo, pero de acuerdo a lo que se vio contra Chacarita, solo nos queda dejar librado el futuro del Matador, a la mano del nuevo entrenador, que sabemos es capaz, puede y ha dado muestras sobradas que ha salido de situaciones como las que hoy estamos atravesando. No podemos decir que este es el equipo de Caruso porque no tiene ni un mes de trabajo y para moldear el equipo a su semejanza se necesita trabajo, sobre todo por "el desastre" que ha dejado Diego Cagna con su tozudez, en no ver la realidad que indicaba que se había tenido que ir mucho antes de lo que lo hizo.
Entrando en el partido en si, Caruso intento plantear el partido desde atrás para adelante. Priorizó equilibrar la parte defensiva y desde esa consolidación ir a buscar el partido ordenadamente adelante. Lamentablemente no se pudo dar.
A pocos de iniciado el partido Chacarita pareció asestar un golpe casi de nockout. Si justamente se intentaba ser prolijos en defensa, ese gol de Mariano Echeverría no se puede permitir en ese sentido.
A partir de allí la visita jugó muy tranquilo aprovechando conceptualmente los desaciertos producto del poco juego de los volantes y la intrascendencia de los carrileros y de lo inconexo que quedaron los delanteros. Solo se puede destacar un par de intervenciones de Ribair Rodríguez que mostró cositas interesantes pero que se nota que no hizo la pretemporada como el resto, producto que llegó hace 10 días.
En el complemento todo siguió igual, aunque desde las ganas de Carlos Luna, Tigre pudo haber llegado al empate que no se dio por la buena actuación de "Terremoto" Cejas. A pesar de ello, se notaba que al Matador le costaba mucho. Para colmo de males, otro horror defensivo le permitió nuevamente a Mariano Echeverría estirar la ventaja a dos y prácticamente sentenciar el partido. Desde ese momento el equipo volvió a foja cero y parecía la última etapa de Diego Cagna donde no daba la sensación de que el equipo fuera capaz de llegar al gol y así fue nomás. Pasaron más de media hora de intrascendencia e impotencia que dejó esa imagen preocupante a todo el pueblo Matador.
De los refuerzo que trajo Caruso Lombardi, o mejor dicho, lo que le pudieron traer al entrenador, poquito y nada. A Pablo Fontanello le ganaron dos veces y fueron dos goles, Choy González nada de nada y del que se puede decir que pasó la prueba es el uruguayo Ribair Rodríguez.
El próximo partido es el martes ante Rosario Central y se ven venir varios cambios y si no son de nombres tienen que ser de aptitud porque de algo estamos seguros... este no es el camino de la recuperación sino todo lo contrario..
Sergio Daniel Pavón

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